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Mostrando las entradas de enero, 2018

Todo lo que eres.

Eres una maquinita en la feria en la que es imposible ganar, que va dando como recompensa con cada peso recuerdos de a poquito, fragmentos de viajes a la Ciudad de México, de pasar por la tortería de la esquina, memorias de los desayunos en el mercado de la Merced, de recorrer cuarto por cuarto y metro por metro la casa de mis abuelos, de saber que mi hermana pedía cualquier cosa en el súper y se la compraban,  de pensar que los tiempos pasados fueron mejores cuando no se puede saber. Eres como un oso fatigoso que tras un largo día de verano solo quiere sobarse los pies, tirado en su cueva, y frente a la cual pasan unos desorientados viajeros, cansados de buscar rumbo pero dispuestos a no desanimarse frente a la adversidad, sin saber que detrás un oso los puede comer. Eres, sin embargo, ese oso y el día que decide no actuar respecto a eso, no atacar a los viajeros aunque no tengan nada que hacer ahí, y verse recompensado cuando los viajeros invocan la flor roja y comienzan a ...

Dolor de cabeza

Me puse el uniforme y tomé mi lugar en el salón de clases. Era grande como para una persona pero pequeño si venían más compañeros. Llevo un par de minutos esperándolos pero no han aparecido. Las puertas están cerradas, pero sin cerrojo, solo tendrían que girar la manija, a menos que sean tímidos. Tuve compañeros en otras ocasiones vestidos de los mismos colores que los míos, pero aún así no todos me gustaban, algunos eran repugnantes, de risas tan estridentes, tan huecos. Sin embargo, me sonreían y yo a ellos. Hasta pensamos a veces que éramos amigos. Pero ellos no siempre ponían los acentos donde debían y en principio eso me hacía enojar. Luego lo dejé ir, y los veía con ojos de compasión y lástima. No podemos arreglar todo. Había otros chicos que no vestían mis colores y a los que nunca vi en mis salones. Nunca supe si eran más listos o más tontos, quizá había de los dos tipos. Casi no conocí a ninguno, salvo en los empastados del pueblo me crucé con chicos que ya no llevaban ropa d...